La mayoría de las personas que acuden a estas terapias, vienen arrastrando desde hace tiempo problemas, físicos o emocionales. Las terapias energéticas trabajan sobre la base de que todos los problemas se originan en el plano de la mente y que si no son corregidos en este punto, acabaran manifestándose en el cuerpo físico en forma de enfermedad.
Muchos no saben bien que les pasa pero sienten una gran angustia que les paraliza o les impide pensar con fluidez, relacionarse con normalidad, atraviesan crisis personales, de pareja, laborales, etc., que les afecta a su autoestima, se sienten perdidos y deprimidos, sienten angustia y ansiedad sin encontrar un motivo aparente, les falta tono vital, les cuesta ponerse cada día en marcha, tienen inseguridad, miedos, o incluso no encuentran un motivo para seguir viviendo.